Hoy por la mañana volví a leer esta carta, que irremediablemente me hace recordar situaciones que creía ya superadas:
"...prefiero ser sincero y decirte claramente que yo no quiero tener hijos. Ni hijos, ni esposas, ni novias, ni nada que de alguna manera, pueda limitar mi libertad...
En tu escrito aparece muchas veces la palabra "amor" ¿Te has preguntado alguna vez, de verdad, sobre lo que se oculta detras de un sustantivo tan usado y del que tanto se ha abusado? ...El amor -que tanto ha alimentado tu fantasia-no es otra cosa que una forma sutil de veneno...Volver a encontrarte después de unos años ha confirmado la gran atracción de nuestros cuerpos.
A decir verdad, debería tirarte un poco de las orejas. ¿Por que no has usado algún tipo de protección? ¿Pensabas aún, con tu romanticismo soñador, en las cigüeñas y en las coles? ¿O acaso no tan inconscientemente, sino con voluntad lúcida, era precisamente lo que deseabas, un lazo, una cadena, para atarme definitivamente a ti?
Te agradezco los maravillosos ratos pasados juntos, la filosofía, el sexo y la ingenuidad con la que siempre me has mirado.
M."
ESCUCHA MI VOZ. Tamaro Susana. Ed. Seix Barral Biblioteca Formentor. 2007
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